La psique avasallada
tiene un lapsus mental,
sumergida en lo umbrío
se aferra al hemisferio,
ansiosa con ojos ciegos
palpa en la memoria fugaz,
con el diálogo interno
enfoca la atención,
un rayo de luz afluye
en el entramado de la psique,
el olvido intrínseco se dispersa
y la reminiscencia aflora.