Me asustan estos tiempos donde debo dar batalla
con los sentimientos que solo quieren resistir,
con los silencios que doblegan a mi alma
con esta tristeza infinita que parece no tener fin.
Me duele estar como una flor que está siendo deshojada
despojándome de los sueños que ya no quieren dormir,
saber que no atrape ni a mi última esperanza
y mi pena se agranda como en una tarde de abril.
El dolor en mí es un guerrero que no descansa
y en esa lucha sé que alguien habrá de morir.
Pero siento cómo todas mis heridas sangran
y quizá soy yo el que simplemente está a punto de partir...