Así que ya no pondré las flores en agua.
Ni guardaré las cartas y tarjetas.
Abriré los ojos en cada beso.
Guardaré bajo llave la pasión.
Le vendaré los ojos al corazón.
Y haré de cuenta que siempre es verano y mantendré congelado mi sentir.
Ya no esperaré mensajes, ni llamadas.
Me escribiré mi propio cuento de princesa desencantada.
Yo seré mi propia villana y salvadora a la vez.
Me protegeré de aquellos que osen robarme lo que he conseguido.
Mi paz, mi tranquilidad, el olvido.
Cosas que para muchos carecen de valor y sentido.
Pero que han hecho que hoy no quiera enamorarme.