José Luis Barrientos León

Ancianidad

 

Digamos que al final de camino

la corona es un nuevo camino

no, el impecable retrato de la realidad

si no, la absurda ilusión de una distancia

cuando el cuerpo hacina constelaciones de fatigas

y los ojos se oprimen en profundas cegueras

 

Es como si el amor te encaminara a cielos brillantes

sobre huesos cansados que se niegan al asombro

y en las sombras se hilarán sorpresas y miedos

ante las tentaciones que ofrecen las nuevas huellas

las ocultas bellezas a las que llaman esperanza

 

Digamos que al final del camino

ciego y sordo casi en el abismo de sí mismo

se encuentra el hombre saciado y libre

dispuesto a heredar su nombre

aun sin que nadie lo mire

sabiendo que heredar no es suceder

sino más bien reencarnar el amor

mezclado entre los sueños

sin obstáculos del cuerpo

en la plena libertad del alma