El azahar me llevó un dia
a orillas de un riachuelo,
al oírlo hallé el consuelo
ante tan grata melodía.
Fluye, ríachuelo, fluye
pues tu sonata cantarina
a mi corazón se arrima
y mi pesar lo diluye.
Quiero gritar , quiero llorar
y mis lágrimas el riachuelo
las conduzca al alta mar.
Surca un gorrión en cielo
y mis ansias lastimeras
las transporta en ancho vuelo.