Tomas Tomenos

El calor. La calor

El calor. La calor.

El calor. ¡Solo calor!

¿Por qué te has dejado, julio,

a todo gas el sol?

De tanto revolucionarlos,

se me ha ido volando el ventilador

y por abanico me quedan

cuatro alambres sin color.

Julio, ¿no tuviste bastante

con arrancarme de la primavera,

que además te has empeñado

en hacerme pasto de caldera?

Nada más sacarlo de la nevera

me vienes flameando el flan

y de la panadería a mi casa

se me acaba tostado el pan.