Amanece en la montaña,
ese aire fresco me abraza,
me hace estremecer hasta la médula,
un torrente eléctrico recorre mi cuerpo
y me hace suspirar pausadamente.
Necesito saber que aún me amas,
quiero escucharlo de ti,
necesito sentirlo en tus besos,
en tus caricias ardientes,
en esos susurros delirantes
que encienden mis sentidos.
Necesito que me hagas sentir que aún vivo,
que puedo corresponder a tal vehemencia,
que juntos podemos llegar a la cima,
y sentir al mismo tiempo el colofón de nuestra danza.
Es imperativo verte en la luz del amanecer,
en el reflejo de las estrellas en tus ojos,
en cada latido de nuestros corazones sincronizados,
en cada risa compartida, en cada lágrima derramada.
Es preciso sentir tus manos recorriendo mi piel,
como el viento acaricia las montañas,
y tus labios descubriendo mis secretos,
despertando deseos ocultos, dormidos.
Necesito saber que nuestro amor es infinito,
que sobrevive a las tormentas y a la calma,
que se nutre de nuestras esperanzas y sueños,
que crece con cada momento, con cada suspiro.
Necesito sentir en cada abrazo un refugio,
que cada mirada sea una promesa,
que cada palabra cree un puente,
que cada día juntos sea una eternidad.
Necesito en tus caricias, un fuego que arde sin cesar,
tu cuerpo, un mapa que quiero explorar,
que cada noche, viajemos hacia lo desconocido,
donde juntos descubramos nuevas formas de amar.
Necesito saber y sentir,
que este amor es nuestra verdad,
que no hay nada más puro, más real,
que tú y yo, en este eterno despertar.
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Julio 16,2024.