Voy a dormir
Dientes de flores, cofia de rocío, manos de hierbas, tú, nodriza fina, tenme prestas las sábanas terrosas y el edredón de musgos escardados.
Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame. Ponme una lámpara en la cabecera; una constelación, la que te guste; todas son buenas, bájala un poquito. Déjame sola; oyes romper los brotes… te acuna un pie celeste desde arriba y un pájaro te traza unos compases para que olvides… Gracias… Ah, un encargo: si él llama nuevamente por teléfono le dices que no insista, que he salido.
Este fue el último poema que Alfonsina Storni escribió antes de suicidarse…
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LA OTRA
Conoció a su amigo Vicente cuando estaba en el colegio y éste lo invitó a jugar a su residencia, su padre un respetable señor de la corte suprema y la madre una dulce ama de casa fue un día alegre y ya no se separaron más, conversaban de las películas de Gregory Peck, Kirk Douglas, Marcello Mastroianni, Sofía Loren, Romy Schneider, ... siempre tenían tema.
Sus diferentes gustos los llevaron por derroteros diferentes, a Vicente por el derecho y a Joaquín por la medicina. Casi no se volvieron a ver, salvo cuando Joaquín le invitó al casamiento con su novia Lucía una tarde de abril.
Hoy Lucía, de treinta años, está en su habitación desde hace 2 años sin que tenga contacto con Joaquín, pues Joaquín un día los vio tomados de las manos con su amigo de infancia, riendo felizmente en un café del centro de la ciudad, ella llegó despeinada y no le quiso hablar encerrándose en ese entonces en el dormitorio matrimonial.
Ninguno de los dos hizo nada por volver a conversar, mirarse o enfrentarse. Pero, Nury, la señora que la asiste le ha pedido que vaya a ver a Lucía a petición de ella.
Lucía, mirándolo a los ojos, le dice a Joaquín, tú sabes que te he amado desde el primer día que nos presentaron en la casa de Vicente, cuando no quise salir más de aquí sucedió que me habían violado, me sentía ultrajada, atropellada, mi autoestima descendió y no me atreví a nada; hoy hace un rato atrás he tomado cicuta, no quiero vivir más con sentimiento de culpa. Nuestro hijo lo tendrás que cuidar tú, decirle que me fui al cielo en búsqueda de un hermanito, que podría extraviarme en la ruta y que siempre, siempre lo amé como a ti también.
Pero qué has hecho mujer, si yo te amo con todo el corazón; yo te vi ese mismo día de nuestro desencuentro con Vicente dichosos en el café Ritz, al regresar yo no sabía cómo resolver la situación sintiéndome traicionado por ti y Vicente.
¿Hace cuánto tiempo tomaste el veneno y qué síntomas tienes?
Hace una hora. Tengo los pies adormecidos, pesados y estoy entumecida de frío.
En ese instante, Nury, le dice, un señor con una dama lo esperan en el salón de visitas, dice que es un gran amigo suyo.
Lucía muere en los brazos de Joaquín; el amigo ingresa con su pareja a la alcoba, rompiendo todos los protocolos, por la amistad que los une.
Joaquín, se levanta y los observa detenidamente, incrédulo, la acompañante de Vicente es igual a Lucía.
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