mandragora

Un alma llora

En la esquina de mi barrio, un alma llora,

Sus ojos desconsolados están,

Pertenecientes al grupo de los excluidos,

Quienes todos quieren acallar.

 

Lo acompaña la apatía de una sociedad sin igual,

Mal trajeado de tanto gritar,

Encadenado a la indiferencia del olvido fugaz,

Espera la muerte, su aliado que por fin dará la paz.

 

Miradas que lo deshumanizan por doquier están,

El hambre, cansancio y dolor,

El silencio va consumiendo su sombra,

Acaparando lo poco que la vida le dio.

 

Hasta cuándo lloverá soberbia,

Se secará ese amargor,

La sociedad pedirá perdón,

Pues de manos cruzadas, no nace el amor.

 

Suspira al cielo, como anhelando un mundo mejor,

La solución está en nuestras manos,

No desechemos el cambio,

Apuéstale a la inclusión, siempre será la mejor opción.