Amanece y sigo el viaje
fijo, estático sin moverme
sin alas sin motores, inerme;
sin colas ni apegos ni pasaje.
Sigo nadando sin ropaje
en el éxtasis de mi aventura
sin ríos ni mares en mi locura
inmerso sin frío sin fogaje.
Mi mente y mi pensamiento
viajan raudos a mil por hora
veo pasar los rayos y aurora
sigo inmóvil y no lo siento.
Levito y veo el firmamento,
entre nubes y algodones,
a mi lado zurcan muchos drones
me despierto bien sin tormento.