Que tal si fantaseamos un ratito, que tal si me añoras en este escrito; que tal que sientes algo de a poquito, y vuelan las almas, más allá del laberinto.
Corramos de la mano a un lugar encantado; deja que te ame más allá de lo infrahumano.
Yo, en tu alma; tú en la mía. Déjame soñar que llega aquel día.
Mi dulce amada mía, dueña de mis noches llenas de melancolía.