Abre los ojos, abre la boca, abre los brazos, las manos, abre las piernas, los dedos.
Abre el candado, la puerta...
Abre el broche, el imperdible, la argolla...
Abre el grifo, la ventana, las correas, las esposas…
Abre el hueso y crece el tallo, abre la ostra y brilla la perla, abre el capullo, y nace la mariposa...
Abriendo agujeros, traspasando fluidos, saliendo de una semilla abierta, rota, desgarrando tejidos para nacer, convirtiéndonos de semilla en flor, desplegando la piel, comenzando a vivir, abriendo los ojos para descubrir la luz, agujeros por donde entra el olor, los sonidos, el color...se van abriendo caminos...
Iniciando el viaje, un único viaje que a su vez nos agrietea.
El tiempo nos traspasa abriendo los sentidos, que a su vez se agudizan, y dividen, abriendo conflictos, y sin conflicto, no hay historia.
Solo los que escarban encuentran tesoros...
Los que siembran, recogen frutos, se resquebraja la tierra, y se hace fértil…
Los que abren las ventanas respiran aire...Los que destapan la llama, la mantienen encendida.
Abre los sentidos, abre el cuerpo, la mente, abre el alma…
Abrir... la única forma de recibir...