Niccolò Paganini.-
No se puede hablar de violín y de suerte.
El arte cobra vida en el espíritu humano.
El autor lleva don y arte hasta la muerte.
Paganini y su bello violín eran hermanos.
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Cruda crítica arropó al glorioso violinista.
En la Italia del arte, nunca faltó un violín.
Un justo regalo, hizo del joven, un artista.
Nadie pudo aquietar el arte del chiquilín.
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Se nace con una luz que, se ha de cuidar.
El ser humano, posee su arte en el alma.
Si es canto a cantar, si es cuerda a tocar.
Ante lo preciso, ayuda un tanto, la calma.
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En cada acto triunfal, se entrega la palma.
La acción misteriosa, vence a lo invencible.
El vapor de la fe en el arte, al espíritu ensalma.
y esa fe, guiará los pasos, ante eso, imposible.