Con qué avivez te aferras
a las creencias,
meditar mirando el mar
va de la mano de recordar
y entonces fluyen sentimientos,
momentos, que tu quisieras olvidar
cuando echas la vista atrás,
quizás no todos piensen así
y se sientan livianos al desechar
con los suspiros algún malestar,
bien es cierto que hay un relajo
que te sana por fuera y da paz,
pero al rato vuelves a la realidad
de esta existencia
en la que te tocó luchar,
y das gracias de estar viva
con sus mentiras y su verdad,
el único que se conmueve
y a veces ríe es el aire
que viene y va,
viendo como especulan las gentes
con la fe e ilusión que todo pasará,
y así van pasando los años
y cuando te das cuenta,
sientes, ¡Que nada te importa ya!
Elena©