Hasta luego
Buenas noches mi cielo, cómo estás, espero que bien. Ansiaba que llegara el momento en el que nos reencontráramos y pudiéramos charlar un poco. La noche por aquí se encuentra fría, y un poco húmeda, también algo desolada y con poca luz. Debe ser el efecto de julio, en pleno invierno, que propone una invitación bastante tentadora para mi, ofrecerte una copa de vino que luego me tomare yo en tu nombre, para festejar nuestra reunión de hoy. Confieso que no he dormido mucho y estoy apunto de quedarme dormida sin llegar a darme cuenta, pero no quería descansar sin antes pasar a saludarte. Tal vez no te cuente en este instante cómo ha sido este día, qué hice o dejé de hacer, francamente me está ganando tanto sueño, consecuencia de haber estado despierta más de 24 hs, posiblemente me duerma antes de terminar la charla y mañana continúe con unas disculpas. Sin embargo no quería que dejaras de notar mi presencia, aunque fuera tan solo por unos minutos, quería desearte dulces sueños y pedirte la posibilidad de que me dieras la oportunidad de continuar mi relato mañana, prometo que hay mucho de que charlar y deseo recompensarte, aunque no sea muy interesante te alegrara saber que ayer después de tanto tiempo, pude sonreír cuando te escuché nombrar y eso me hizo sentir bien.
Bueno cielo mío, como dije hace un momento, prometo mañana estar aquí. Hasta luego amor mío.