Fueron azotes en mi piel
heridas, que no sangraban,
fueron los golpes, las patadas
fue el dolor que transportaba,
en mi carne color miel.
Fue el tormento producido
del abuso del poder,
fui esclavo en mi destino
un alma que ha sufrido
y pagó por su nacer.
Un sirviente de sus amos
una pieza de ajedrez,
un peón mal colocado
ante su reina y su rey,
solamente un esclavo.
Fueron todos mis recuerdos
de un mal golpe, olvidados
no hay heridas, no hay enfados
que se noten siendo negro,
si vives entre los blancos.
No hay motivo de llorar
ni si quiera de pensarlo,
el destino con sus lazos
esclaviza a los humanos,
si un amo, quiere mandar.
A esclavo me han sometido
en un mundo de pecados,
no hay solución o camino
si te sientes un esclavo,
tu pecado, haber nacido.
O que culpa he tenido?
si me mandó Dios nacer,
con el tono de mi piel
mas oscuro o teñido
no lo merezco también?
O quizás serán los rizos
que de mi cuerpo, me brotan
los culpables de haber sido
un esclavo de las formas,
de este poder, sometido.
Quien es culpable de esto?
de quien la mano que azota?
porque la sangre en mi cuerpo?
que pecado he cometido?
solamente haber nacido,
diferente a todos ellos.
Soy esclavo en este mundo
por un poder nada claro,
no es mas hombre por nacer blanco
ni tampoco lo es mas puro,
no somos todos hermanos?
No son mis ojos iguales
o mis dedos, o mis manos
no es roja también mi sangre?
y tú me tratas de esclavo,
y de amo, te propones.
No abuses de tu poder
porque nadie te lo ha dado,
no creas por ser mas blanco
que el derecho has de tener,
de pagar con latigazos.
Es mi carne la marcada
es mi honor, hecho pedazos
son mis ojos que de llanto
lanzan lágrimas amargas,
por nacer, y ser esclavo.