Aquella fue la última noche que mis ojos lograron estar húmedos, noche en vela; esa que me mostró el camino a seguir.
Tu recuerdo aún recorre vagamente los rincones de mi mente, como un fantasma que no encontró su lugar de plácido descanso.
¿Cómo seguir amando lo que queda de ti en mí? Si aquel es solo un recuerdo perdido que caprichosamente alimento, como si mi vida dependiese de eso.
Esa noche, noche en vela con tintes de epifanía; pude volver a ser yo, a sentirme, a escucharme, a querer amar otro corazón que no es el tuyo.
Pero no confundas, siempre habrá una persona que te recuerde con ternuna, que disfrute y anhele tu cálida existencia para este frío mundo.
Perdurable cariño te daré hasta que deje de respirar, hasta que mi corazón diga \"basta\".