Amo a mis hijos,
a mis mayores,
a mis párvulos,
bellos colores,
excelsos futuros
de mis primores,
eternos lauros
de mis ilusiones.
Amo a mis nietos,
excelsos ramales
en movimiento,
refrescan paisajes
y benditos momentos.
Amo a mis descendientes,
a lo largo del tiempo,
hasta siempre,
enarbolando bríos
y soplando fuerte.