La noche está sabiendo a tristeza salada, e intento no caer en la locura que me genera mirar, aquí, allá, y aceptar que no estas. Es como si escarbaran en mi y descubrir que no queda nada.
Hace algunos días no sabía qué sería cuando ocho meses se graduaran con honores en años mayores, qué sería de mi sentir. Ahora entiendo que no hay tiempo que cure esto, y no hay quien te reemplace, no hay forma de llenar este hueco.
Simplemente te extraño y me muero un poco más cada día. Pero esta bien, porque eso quiere decir que pronto estaremos juntos otra vez. Y mi esperanza revive.