Tus labios son de fuego, promesa de un edén,
donde mi pretensión arde: un eterno vaivén.
Tu bella piel, como la seda, en la noche brilla,
y en tus ojos se esconde la dulce maravilla.
Te llamo con susurros, mi voz es un clamor,
anhelo en cada roce desatar el fervor.
Tu aroma: un hechizo que embriaga mi corazón,
en tu abrazo encuentro la más pura redención.
En cada caricia, se enciende el hermoso verso,
y en tus brazos, mi amor, hallo mi destino inmerso.
Tus besos son la llave que abre mi amor ardiente,
en tu piel desnuda, seré fuego incandescente.
Permíteme amarte, con un amor sin final,
y en esta carta-sueño, ser tu amante ideal.