Mis ojos oscuros,
aturdidos y poco evolucionados,
con una contracción involutaria
de los párpados rotos,
sólo perciben lo evidente,
una trama sin esperanza
a merced de aduladores,
moscas pesadas
que me atrapan
y se enroscan
como serpientes
ofreciendo la manzana,
y la mentira
puede durar una vida,
pero siempre
aparece la verdad,
tan difícil de esconder,
que todo tiende a su ser,
como la huella de los pies
es atraída
por la fuerza de la gravedad.