Patricia Aznar Laffont

Hay un cóndor aguerrido y dulce en Cataluña: María C, la magia!

 

Eterna en su Alma Eterna,

La Eternidad suspira su inasible

 Existencia.

Vive su-amistad cultivando

las flores-semillas de su pasado.

Luz en su lírica que derrama gotas de alumbre

En  las mieles que entre sus peques cobija.

Brilla ya! el murmuro que derriba lo adverso,

En alianza entre alegrías y sombras

y sus más  sutiles palabras.

Aguerrida Princesa que en vuelo

Ciega el silencio desde el ático de las albas.

Sabe al sabor de una amapola en la madrugada,

que derriba la sin ausencia

que místicamente arroba a las almas.

¡María- Amiga de tantos años

la que derrocha amor y regala vientos que

envuelven mis  anocheceres  

entre  suspiros-palabras de vientos de alondra!

¡Es mi María del alma Mía,

y todo lo que su dulce nombre derrama!

El cóndor que abre sus alas

La que nunca se arredra,

la que nos siempre nos salva.

La que acaricia con sus eternos escritos,

Las flores en dulce rocío de las mañanas,

Eterno y tibio sol que alumbra :

¡María!

Los columpios secretos de mis madrugadas.

 

 

(Patricia sólo para mi María)