Una mañana.
El sol ... se encuentra apretado en los labios del cielo, que duramente lo aprisiona y se pinta rojo carmín.
Sangra, como mordida descarada, en existencia pura y salpica el firmamento rojo carmesí.
Abraza candente la pasión de un nuevo día, traslapado en el deseo de existir.
Dibuja nuevo y furioso amanecer, congregando en un espacio inconexo a los ojos que lo ven.
Llegando al límite del sentir incierto y la mirada confusa de este pobre ser.
Jan Alba.