Llega bravía la ola al arrecife que espera.
Día tras día, siglo tras siglo,
y en la batalla del tiempo contra el tiempo,
la roca dignamente se defiende,
con gallardía.
Generación tras generación,
una y otra vez, golpe tras golpe,
la ola desgrana la roca,
que con maña la surfea,
y la vence,
cada día.
Una y otra vez la ola viaja
hacia su destino,
siempre en ida
jamás en contra marcha.
Siempre en busca del arrecife,
más firme, más bravía, más espada,
puliendo la roca,
sin contar los días.
Por eso pienso que tú eres como la roca,
que impertérrita te niegas a aceptar
que en la lucha contra el amor,
estás perdida.
Sí, pretendes ser como la roca,
pero en vano intentas rechazar a ultranza
la rompiente que te asedia
que te abraza
transformando en límpida arena de serena playa
a la dura roca que fuiste un día.
Frank Calle (20/ Oct/2018)