Pensé que volverías
después de aquel verano,
vivido intensamente
y puede que soñando.
Nacieron mariposas
y unimos nuestras manos,
igual que nuestros ojos,
vivaces, se buscaron.
Y fuimos a la playa,
a fiestas en los campos,
en pueblos y en aldeas
y en ellas disfrutamos.
Volamos en un tiempo
de sueños y regalos,
con bellas utopías
rozando nuestros labios.
Pues ellos, una tarde,
temblando se buscaron
y unieron sentimientos
en acto tan sagrado.
Bebimos en la fuente
el cáliz deseado
saciando las pasiones
y el fuego de los años.
Dejamos a la brisa
llegar a nuestro lado,
con roces sinuosos
que allí nos despertaron.
\"...Y fuimos como niños
viviendo aquel verano,
regalo de los dioses
y un verso de sus labios...\"
Rafael Sánchez Ortega ©
21/07/24