Raul Gonzaga

Muchas gracias, Padre mío

Al llegar a este ocaso,
contemplando el horizonte,
busco en el cielo tu nombre
y en tu pecho hallo un regazo;

siempre has guiado mis pasos,
aliviado mis temores,
superando mis tensiones
protegiéndome en tus brazos,

eres Padre, dulce anhelo,
de mis ansias la esperanza
y en mis penas el amor;

eres la fe que venero,
la fortaleza de mi alma
y en mi destino el perdón...