Pilar Luna

LUCHANDO POR LOS BOSQUES DE TERUEL. MÁS DE 2.000.000 DE ÁRBOLES TALADOS.

Revuelvo las cenizas

de la chimenea

con las cenizas de mi cuerpo,

para que germinen primaveras

y maduren los otoños,

cenizas de restos de poda

de papeles de especuladores

y gobiernos sin alma,

sin justicia social, ni amor por su tierra.

En este canto guerrero

derramo lagrimas negras

que mezclo con el llanto verde

de los árboles arrancados.

 

Las lágrimas de los árboles

sólo lavan las piedras.

No quiero cerrar los ojos,

ahorcaré el dolor 

con mis tendones,

quiero pelear

con garras y uñas

por los que regalan vida,

por los que viven estáticos

y mueren erguidos

en el Maestrazgo,

en la hoguera que esconde

el fuego fatuo

de los desastres.