Te espero, cuando la tarde pierde su textura
o el horizonte exime su final,
en el camino donde mis huellas se borran
cuando pasa breve el viento,
cuando nada pasa
o cuando algo tiene que pasar.
Te espero en el mismo lugar, donde el nombre de la calle
se asfixia, e de mirarte con tu paso fino
aproximarte a mí (qué largo es este camino
donde te espero para estrecharte de nuevo)
Tediosa es la espera que se acumula en mi reloj de pulso
-son dos meses amor- -sólo dos meses –
Y aún arribo igual, con la ilusión de mirarte
mientras la noche nos envuelve con su manto callado,
quizás nada diga esta fecha para otros
pero para vos… 27 de octubre
son dos meses amor, sólo dos meses.
Pero te espero para celebrar con un beso
nuestro encuentro,
pero más bien nuestro reencuentro,
donde ha de transitar mi boca por tu cuello
y tu mano en mi pierna.
¡Festejemos…! y perdámonos quizás
-sólo quizás-
en el bosque del recuerdo.
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