jvnavarro

DIARIO DE VERANO XXVI (NAUFRAGIOS DEL ALMA)

 Siempre es la última idea en la noche
la que ruge e inquietante salta;
la que llega en forma de palabras;
la que se transforma en versos
y la que aun sin querer ella
 en  el poeta avanza.
 
Le doy vueltas a la idea sobre la muerte.
Es una idea un tanto extraña,
 sencilla,
hasta yo diría que humana
y  uno que de esto sabe 
lo que la ciencia y religión trata,
le gustaría llegar a entender 
ese último instante
de una luz que se apaga,
 
y se pregunta uno como será
y que es lo que dejará ver el alma
a través de esos dispositivos 
que de normal nos trasladan 
de la vida real a los sueños
y es que es en esto, 
que en si no parece nada,
donde reside esa capacidad de pensar
en la muerte de una forma muy pausada.
 
¿Volveremos sin más a la nada,
para retornar  a ser origen
de nuevas ideas y palabras?
 
¿Existe vida más allá
 de esta que se toca
y nos resulta tan cercana?
 
¡Cuantas ideas pasan 
en los últimos poemas 
de un día que se acaba!
 
Este poema  de hoy tiene a la muerte 
entre ceja y ceja,
como comodín que puede servir
para ganar una partida 
en que se juega 
a atrapar un prodigio
que ya se escapa,
 
y es que un pesquero
 ha naufragado en las Islas Malvinas,
y en sus aguas descansan
 las vivas esperanzas
de quienes desde sus casas
aprietan los nudillos y esperan
un milagro que si pasa
es como para pensar 
que hay otras cosas
sobre las que no se habla
y a lo mejor valdría la pena abrir la caja.