Mi alma quebrantada
aún anhela el suspiro de tu voz
el soplo cálido de tus palabras
acabarás por pulverizar mi corazón.
Seré el más dichoso
si de tu boca
brota mi nombre
y seré un hombre condenado
por la incertidumbre
que emiten tus cuerdas vocales.
Si tu amor es inaudible
y el mío pavoroso
Si haz de condenarme
a callar eternamente
con tal de escuchar
un segundo de tu voz.
Si te asusta lo que siento
Perdona, pero si te quiero
lo he de gritar
Más yo estoy aquí
En silencio
Estoy aquí
Intacto
Aquí
Sin tí
y tu soplo
no me toca
tus cenizas
no abrazan mi cielo
tus palabras
no recorren mi pecho.
Estoy aquí
siendo un hombre condenado
quien te escribe sus plegarias
quien llora con esperanza el regreso de tu mirada.