el brujo de letziaga

Entonces (Relato corto)

Entonces..., esperé la llegada del alba y me fui senda arriba, camino del caserón de piedra donde moran mis sueños llenos de recuerdos y de antiguas vivencias.

 

Me adentré por entre sus paredes de papel y puse en marcha el reloj cucú de mis abuelos, que estaba colgado en una pared del comedor, a cuyo pájaro llevaba muchos años sin escucharle su curioso cántico.

 

Luego, entré al dormitorio donde dormía la siesta cuando era niño y encendí una lámpara de cristal cuya luz era demasiado opaca, muy débil, pero suficiente para enseñarme una cara que hablaba por su boca imaginaria pensamientos muy arrugados por el tiempo ya pasado.

 

El mundo era cuadrado y misterioso allí dentro, ese tipo de espacio que es y no es, porque la vida sigue, pero también a veces se para como el reloj cucú cuando deja de lanzar su vuelo, o como esa araña que alcanzaba mi vista en una de las esquinas que había en el cuarto, segregando su baba, urdiendo su tela, tan fina que nadie pudiera tocarla con las manos sin destruirla.

 

Percibía un vínculo entre la geometría del espacio y el tiempo, el reloj cucú y esa araña que denotaba una exasperación existencial aunque todo se parara y al mismo tiempo siguiera su marcha.

 

Antes de salir del caserón de mis abuelos y marcharme, pensé que la vida afuera no se parecía en nada, a la idea que me había hecho aquí adentro sobre ella, y que parecía estar anclada al tiempo de mi niñez.

 

Una vez en la calle, el viento sacudió mi mente y me devolvió a la realidad, volviendo así a formar parte del otro mundo...ese que algunos llaman adulto.

 

Y la verdad es que me pregunto: ¿Dónde estará la salida de incendios para huir de mi destino?. Ya que sigo caminando de frente en los minutos y en los segundos sin obtener respuestas, y veo que no estoy a salvo y que tengo miedo, y que de nuevo voy caminando senda abajo, entonces...