A: Tia Silvia RIP
Silvia se cepilla el cabello
con una de sus manos
suavemente desliza sobre su cabeza
el robusto instrumento
tratando de domar, una vez más
la madeja de rizos negros
que ella heredó de mi abuelo
con su otra mano
acaricia a los pequeños traviesos
que después de haber jugado
tenta con el cepillo
siguen intentando pasar
desapercibidamente
ella tiene un espejo, pero lo ignora
sus pensamientos
al ver la puerta abierta
han escapado
a través del cielo azul
volando hacia un lugar lejano
en su memoria
mientras las palomas morenas
que sus manos son
continúan su vuelo
tantas veces recorrido
ella se conoce muy bien
que los cumplidos y los insultos
nunca han movido de su sitio
ni uno sólo de sus cabellos
ni lo harán ahora
que su juventud ya pasó y
su vanidad ha sido arrebatada
por un usurpador, quien ganando
control de su cuerpo
le ha debilitado las extremidades
cambiado sus expresiones faciales
perturbado su habla y
recientemente, le ha causado
un molesto babeo
que simplemente no se detiene
una de esas cosas
que no tienen explicación, y
¿para qué molestarse en preguntar?
si todo al final
es cuestión de tiempo
cualquier cosa que el tiempo
signifique ahora o
cuando las cosas empeoren
cuando ella era pequeña
le molestaban los apodos
rayitos de sol, aureola de pelos
yo nunca entendí la relación
entre Silvia y Chiqui
ahora, lo puedo ver
yo le decía Tía Tutis, pero
en ese entonces, el niño era yo
cuando su cabello era largo
atado por detrás
con una cola trenzada o
un largo rizo en espiral
siempre colgando por su espalda
excepto cuando hacía calor o
en el trabajo
donde se lo ataba con un moño
pero esos días ya pasaron
ahora tiene brillos plateados y
lo lleva corto, muy corto
para hacerle la vida más fácil
cualquier cosa que más fácil
signifique ahora o
cuando las cosas empeoren
porque, todo está cambiando
rápido, muy rápido, más rápido
de lo que ella puede entender
aceptar o asimilar!
algunos rizos
han quedado sueltos, pero
ella los perdona, los deja estar así
su cabello siempre ha sido rebelde
un desafío de su propia naturaleza
como el sobrepeso
algunos discos fuera de lugar y
ahora la enfermedad de Parkinson
que cambia las reglas del juego
pero ella aún no entiende
de qué se trata el juego
Silvia se cepilla el cabello
de pronto se da cuenta
que la he estado observando
ella me sonríe, primero
con la paz que le produce
acariciarse el cabello
después con la pena que siente
por su nuevo aspecto
sin poderlo evitar
ella comienza a llorar y
se cubre el rostro
con sus manos trémulas
yo me acerco a ella
sostengo su cabeza
muy cerca de mi corazón y
le acaricio suavemente el cabello
como ella tantas veces
hizo conmigo
pero yo
que no soy tan fuerte
lloro con ella