felix rizo

UNA FOTOGRAFÍA.

Recuerdos de una tarde:

fuerza de roca gris,

la hierba que crecía

dando tumbos

por los senderos infinitos

del camino.

 

A las cinco en punto:

reloj de manecillas de cristal,

hundía la hora.

Mientras las gaviotas,

lejos del mar,

rodaban por el aire

creando suspiros de otros días.


Abierta las puertas

del silencio

(en un banco del parque)

sonido y alma

que se abrazan como testigos

de vivir la soledad del momento,

a plena luz

y desde donde

el fantasma de la muerte

no sabría comprender

la calidad del momento.