¿Qué tengo en tu ausencia
sino esta cama de vidrio molido?
Estás lejos como el olvido
y soy ese: desgarrado, partido;
fragmento de un recuerdo
detrás de los ojos en vilo.
¿Por qué tengo un rostro
que no es el mío?
—Quiero llorar pero estoy vacío—.
¿Por qué parece
que vive un muerto dentro mío?
A todas horas me desgarro,
me desangro; muero y revivo.
La noche huele a podrido
y en la cama giro, giro
y te guardo en mis ojos
para quedarme dormido.
Felicio Flores