Entre tantas personas te encontrabas tu,
nunca supe que existía alguien que mis pensamientos pudiese nublar,
no es que sea yo tan especial que todo lo conozca pero no había sorpresa
alguna en el mundo para mi, todo se sentía tan gris, las mismas nubes,
las mismas neblinas, los mismo y viejos demonios,
las ya tan conocidas mascaras que la gente trata de pintar cada vez mejor.
Tu entre tanto gris te encontrabas,
y aunque tu brillo era hermoso siempre se mezclaba entre esos tonos blancos y negros,
tu que jamás quisiste destacar,
eras quizá la razón de mi andar,
yo que solamente en este camino avanzaba creyendo que no había mas sorpresas
y que sin ninguna razón me encontraba ya, pero eras eso que me aferraba al seguir
¿Como lo se?
Porque fue de esas cosas mágicas,
que la ciencia no se quiere detener a explicar,
y no es que yo fuese el mas inteligente ni el mas intelectual,
pero aun sin motivos todo ser humano busca un camino,
y en el me encontraba yo.
Renegando de los superfluos, de tanta vanidad.
Nunca pensaba en detenerme,
siempre quería avanzar más y más hasta que mi destino terminará en el camino que siempre quise recorrer,
ya había sido tentando muchas veces a detenerme,
a mirar el paisaje, a charlar con desconocidos que recorrían el sendero por primera vez,
tantos de ellos que hablaban de dejarlo, de encontrarte,
de encontrar el mas bello sueño con el que todo hombre soñó,
tal vez era por ello que te habías convertido en la razón de continuar moviendo los pies.
Tantos de ellos te describían como el ser mas majestuoso
que nunca se podrá observar, ese ser tan bello y tan inteligente,
que yo mismo criticaba adjuntándole que tendría miedos, cadenas,
y un pasado el cual jamás querrá dejar, así viví mi camino y mis días,
hasta que no quedo más,
no había mas camino por el cual transitar,
estaba justo al final y al saltar fuera de el ya sin fuerza en mi andar,
te miré, escondida idéntica a lo que mi imaginación forjo,
te acercaste, me miraste y sonreíste,
dijiste que era un poco tarde,
pero que al fin había llegado,
como si me hubieras esperando por siempre,
el sueño que tantos buscaron sin conseguir,
con la vida apagándose susurre
“yo que jamás quise ver a mi al rededor hoy te conocí, el dulce sueño al que jamás renuncie”
entonces comprendí que siempre fui un hombre soñando;
soñando en como sería ser uno hombre completo,
uno que en su corazón existiese con quien soñar.