Pensaba.
Cuando el trigo esté dorado
y las espigas crezcan,
podré decir las noches
que estuve en vela,
mirando ese entorno, con la ilusión
por si la viera llegar al jardín
donde tantas rosas florecieron en primavera,
la casa se quedó con la puerta entre abierta
y adentro anidaron pájaros
y crecieron enredaderas,
que se asomaron por la ventana
con las hojas secas,
silva el viento, parece una voz
¡Gritando que regrese presta!
Pues el entorno se mira triste
sin su presencia,
ya creció el trigo, llego la siega,
quedándose el campo vacío
y la esperanza muerta,
los pájaros revolotean tristes
y a la casa, puerta y ventanas
las envolvieron la enredadera,
y así llegó otro año, y otra siembra,
ya se perdió la ilusión
Ya no hay noches en vela
Solo la esencia espiritual queda,
mirando a las estrellas,
con unos ojos cansados
de tantas oscuridades en vela
Elena©