Pensé que tú me amabas
llorando en el silencio,
y así se sostenía
mi alma de recuerdos.
Pero eran fantasías,
nostalgias de otros tiempos,
instantes muy preciosos
de amor y de deseos.
Recuerdos que vivimos
soñando muy despiertos,
mandando a las palomas
volar a nuestro encuentro.
Llevarnos los mensajes,
los malos y los buenos,
y siempre las sonrisas
de labios con sus besos.
Bendigo las mañanas
sintiendo todo aquello,
tu voz y tu sonrisa,
y el néctar de tus versos.
Porque eras poesía
y amor, siempre latiendo,
vibrando en mi costado,
llegando de muy lejos.
Suplimos la distancia
con versos de los ciegos,
saciando con suspiros
la Rosa de los Vientos.
\"Amor, si yo te amaba
y tú también, sin miedo,
¿qué hilo misterioso
rompió con nuestro acuerdo?\"
Perdóname, te pido,
si yo te amé en mis sueños,
y puede que, en los mismos,
dañara tus anhelos,
de ser la mariposa,
volando sin \"te quieros\",
por sendas y campiñas
debajo de los cielos.
Rechazas ser princesa
y musa de mis versos,
y aunque ello me entristece
lo acepto y te comprendo.
Prosigue, pues, tu marcha
y surca el universo,
te amé con todo el alma
y hoy sigo ya, sin sueños.
Rafael Sánchez Ortega ©
24/07/24