Deslumbra el sol en los pinares
y arden las copas con rayos de fuego.
Silencio de trinos y cantares,
por la canícula del verano intenso.
Caen los rayos, cual lanza afilada,
calentando la tierra y sus adentros,
secando, de las acequias las aguas,
calcinando los brotes de los huertos.
Cruel verano, de calor inmenso
de siestas largas, prolongadas…
más que calor, es el infierno
donde nadie encuentra algo de calma,
donde nadie encuentra el sosiego.
En el oasis del Duero, semiseco,
en el margen del desnudo Arlanza,
en la playa del Pisuerga, río adentro
encontramos paz y algo de esperanza.
Verano ruin, que a tantos matas
y cruelmente hieres al labriego
que acarrea mies y seca paja
para ganarse su mísero sustento
Añoro ese frío y ese hielo
del invierno de mi tierra Castellana
agrupados, en una chimenea
consumiendo leña recién cortada,
y el abuelo, relatando sus historias
alumbrando sus más de mil batallas.
Verano inmenso y largo,
huyo de ti como de la peste
entre tu regazo me atrapas
y en mi despejada frente.
va surgiendo silencioso
un pertinaz sudor caliente.
Cruel verano, el gentil otoño
te dará silenciosa y justa muerte
y quedarás desdibujado, pálido y solo
abandonado tristemente a tu suerte.