Pegaso de la muerte…
Llévame en tu huesudo lomo
A cabalgar por los oscuros confines
De este vasto universo,
De desconocidos mundos,
De dimensiones ocultas,
De misteriosos sitios,
Que, intuyo, hay
Del otro lado de la vida.
Parca siniestra…
Corta con tu guadaña
Los delgados hilos de mi vida
Y condúceme al apacible mundo
Donde habitan los muertos,
Donde el dolor no existe,
Penas y amarguras desaparecen,
Los problemas y conflictos
Al igual, se desvanecen,
Dando paso a la tranquilidad
Y a la consecuente calma.
Huesuda justiciera…
Acógeme en tu seno descarnado
Con la frialdad que tu figura evoca.
Protege mis despojos de otras muertes,
Cubriéndolos con tu manto deslavado.
Que mi nombre sea incluido en tu lista.
Apelo, sin temor a tu mano justiciera,
Igual que a tu tendencia comunista.