jvnavarro

DIARIO DE VERANO XX (AHORA MISMO)

 Ahora mismo por la bocana de este río
que con mis ojos contemplo
entre calores muy subiditos,
se divisa la mar brava ,
de color rumboso desmedido,
con sus perfiles blancos
algo así parecido
a la espuma de la cerveza, 
que poquito a poquito,
se deja caer sobre los labios,
para ser degustada con muchas ganas.
 
Ya se nota el alivio,
esa sensación de gusto
a agua, malta de cebada,
maíz y lúpulo.
 
Ya la mar se pica,
saltan las olas
y se estrellan sobre el acantilado,
acostumbrado este durante siglos
al enviste descomedido
de quien es su enemigo
más en su trabajo entusiasmado.
 
En la cavidad bucal todo se diluye,
los sabores se expanden
para convertirse  
 en un ambiguo
desaparecer de la escena 
para cuando ya uno mira el mar
y ve como regresan 
de nuevo a su destino
las barcas de pesca y con ellas
los esforzados pescadores 
en todo tan maltratados
por el  infortunio 
que sobre ellos periódicamente se cierne.