Existe un rincón muy oscuro que está en suma soledad, donde la luna se aprecia que no alumbra, y el sol no alcanza a dar su calor..., junto a una corriente fría y triste que recorre el ambiente cuando abro la puerta y miro la estancia. Es allí entre recuerdos, donde se cobija la hondura de tu sombra arrebujada, junto a la quimera de mi obsesión amorosa por tu dimensión indescifrable.
Por eso a veces necesito imperiosamente poder mirarte, para que sientas la plenitud más absoluta de mi relámpago, pero no puedo, ya que eres una pausa increada en tu refugio intemporal, la impía inercia de la costumbre inexplicable escarbando en la sombra de tu rincón oscuro. Y es por ello que tus ojos son, el misterio de un secreto infinito clavado en la pupila de mi mente.
Y ahora que no hay tiempo, es cuando quisiera poseer la negrura de tu mirada, y bendecir los versos más hermosos que de mi pecho salen con tu nombre, y que viven, y duermen en la obscuridad de tu ausencia, pero la esperanza no permite desandar los pasos acaecidos, y así voy escribiendo líneas de pensamiento, desde esta soledad arrinconada que respira con pena cada poema, porque tu luz se me escapó en el clamor que mata el verso y rasga el alma.