Del otoño aprendí
el valor situado
en el remanso del estío,
la templanza en épocas de cambio.
Hallar la completud
reflejada en sombras de oro,
la metamorfosis de las hojas.
Es invaluable
la paz cosechada,
surge incorrompible
cómo pájaro en nido
dormido frente al aguacero.
Del otoño aprendí
que la parsimonia de los árboles
es la cruel máscara
que eclipsa la soledad
de quiénes,
en lugar de reverdecer,
dedicen morir.