dejando en el silencio tu fragancia,
tocaste con tus manos y elegancia
mi vida que te espera enamorada.
Llegaste entre la bruma transformada,
en cálida guirnalda y su prestancia,
me diste con tu amor y sin distancia
la dicha de tenerte en la alborada.
Llegaste con aquella noche oscura
bajando como Apolo desde el cielo,
tocaste con tus rayos mi alma impura.
Quisiera ser por siempre tu desvelo
la noche misteriosa y tu locura
el llanto primitivo de mi vuelo.