Fue una tarde de octubre cuando partiste.
Fue la tarde más negra, fue la tarde más triste.
Me quedé vacía, me quedé sin ti.
¡Te fuiste madre, te fuiste!
Sentí desgarrarse mi pecho del vacío que quedó.
Me sentía tan incompleta pues me faltaba tu amor.
¿A dónde partiste madre? ¿A dónde?
Cuando te di el último beso
sabía que ya no habría más,
sabía que tu partida
no tendría marcha atrás.
¡Te fuiste madre, te fuiste!
Añoro tenerte cerca,
que aquí pudieras estar.
Y siempre lloró al recordarte.
Porque aunque implore, reze o lloré,
tu ya no estarás jamás.
¡Te fuiste madre, te fuiste!