-El Último Día-
Aquel fue el último registro del lacrimógeno día
de una vida todavía en procesal construcción
que el futuro, con venda y bastón, la culminaría
...en Montevideo, lejana aún su metropolitana bahía.
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Próspera niñez peregrina la nuestra, mercedarios bandidos,
con el Pelau… los Nogués…Luis…Cucho…Carlitos…
incluidos mis dos hermanos, gritos y ardientes sonidos,
odiando de facto, Jorge y Loncho,la quietud de los monolitos.
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Los años nos crecieron muy febriles en nosotros
correteando por Mauá, zambullendo en Remeros,
con bailes iniciales del Praga -despuntando ya celos de potros-
que Eros energizaba con los audaces y robados besos primeros.
Seguíamos las cálidas murgas y los corsos en la Rambla,
gélidos los vientos de junio, fueguina ira de Judas y San Juan,
extremeña agenda lúdica en plenilunio ¡qué todo se ensambla!
Recuerdos gozosos de juvenilia. Ya nunca más se nos irán.
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El viejo Cronos, loco, no se detiene. Camina y camina.¡Peripatético!
La barra sí. Para morir, sustituida por nietos y “felices” jubilaciones.
Guachitos del alma, nos señalaron Montevideo, mundano rol profético:
y cambiamos mercedarias travesuras… por lerdos paseos ¡con bastones!