En mi cuarta primavera, aquí me encuentro,
entre olas que susurran y montañas que abrazan,
mi corazón late en el compás del viento,
donde el amor se esconde en las olas que pasan.
Mi piel, canela y cálida como el sol,
mi cabello, rizo libre, danza al viento,
con los ojos que reflejan el brillo del día,
y la calma nocturna en cada momento.
Amar la playa y las montañas es mi arte,
donde el horizonte se funde con mi alma,
mi espíritu, libre como el viento en el mar,
en cada rincón, en cada calma.
Los años han tejido historias de amor profundo,
en cada rincón, en cada pliegue de mi ser,
mi esencia se mezcla con la arena y las cumbres,
donde el sol y la luna son mi eterno deber.
Así, en esta década de mi vida vivida,
donde el amor por la naturaleza se despliega,
mi corazón poético y mi alma libre,
siguen danzando bajo el cielo que se despliega.