Max Hernandez

Quise ser poeta... Declamado


Quise ser poeta, y escribir canciones,
Tan bellas como las que trae el viento,
En una dulce sinfonía de pasiones,
Que nos embarcan a navegar en sueños.
Sueños de amor, de sensaciones en versos,
De volar sin cadenas, volar libre al cielo.
Sueños de dicha y paz, de cariño sincero,
De libertad para amar, y de poder regalar besos...

Mas héme aquí, dejando seco el tintero,
Llenando con mil palabras un libro entero,
Con frases y oraciones que quise sean versos,
Pero que solo para mi, son versos plenos.
Solamente yo entiendo lo que escribo,
Solamente para mi, son mis cantos eternos.
Incluso aquellos, a los cuales esto dedico,
No entienden las razones de este vano oficio.

Una frase de aliento, a veces recibo,
Una palmada al hombro, o un: está bonito.
Más no siempre lo que recibo es cariño,
sino solamente un mudo y frío desprecio.
Para qué intentas escribir? Me dicen muchos,
No ves que los poetas de verdad ya existieron?
Ya se escribieron todos los poemas y versos,
Que eran necesarios para el mundo entero.

Deja ya de escribir, no malgastes tu tiempo,
Intenta ser feliz, como intentamos hacerlo.
En el mundo real, no tienen espacio los versos,
ni los poemas de amor, ni tampoco los sueños.
Debes ver la realidad, poner todo en blanco y negro,
Saber que el verano es calor, y es frío el invierno.
No hay espacio para soñar, en este vil infierno,
Donde el fuerte vivirá, y no el débil y pequeño.

Y demás está decir, que para escribir versos,
Siempre has de cumplir, las reglas que para esto,
Hace ya tiempo escribieron, autores y maestros,
Para poder componer, un poema verdadero.
Para ya de escribir, no pierdas el aliento,
Que tus pobres palabras, se las llevó ya el viento.
Vamos para ya, y no seas un pobre necio,
Que al mundo lo que escribas, le importa un bledo.

Mi alma está triste, y llora sin consuelo,
Mi corazón siente vergüenza, no quiere seguir latiendo.
El niño que habita en mi, parece que está muerto,
Y mis ganas de escribir, se fueron con mis lamentos.
La pluma está abatida, está seco el tintero,
Mi universo está callado, el poeta en triste silencio.
Y solamente queda en mi, un nostálgico recuerdo,
De mil palabras en un libro, que soñaron con ser versos...