Lucy Quaglia

Y vendrĂ­a gente a casa

 Y vendría gente a casa,
esperando una mirada,
un calor de tardecitas
donde la luna está blanca
redonda en el horizonte
sin que nadie la llamara.
Y vendrían de rodillas,
acostadas o paradas,
demostrando a todo el mundo
que acá la vida se acaba,
se duerme mirando al piso
buscando una mano santa
que te cure las tristezas
de la noche a la mañana
cuando la vida se acorta
y los nervios nos declaran
que no hay mucho para hacer,
casi nada que yo sepa
para ver desde muy cerca
alguna amistad completa
comparando en la parada
las cosas feas que has hecho,
las que nunca las hicieras,
las que me gustan que tengas
que hacerlas para mi alma.
Cosas que puedan decir
que la gente en esta casa
esperarían visitas
de la noche a la mañana.