Gulliver

El lamento de la golondrina

 

En mis sueños están las golondrinas,
en mi pecho su pesar se anida,
su trinar solloza, su canto decanta,
entre las nubes brota su partida.

 

Su existir languidece, mas su amor perdura,
zarandeando su estima con dulzura,
saboreando la dicha en la amargura,
la golondrina paciente, en su aventura.

 

Vivirá con frescura hasta que el alba llegue,
condenando las Canarias, donde el llanto se sumerge.
Desde las aves hasta las islas, abrazarán tu risa,
entenderán de planes y renunciarán a la prisa.

 

Llorarán a mares, olvidando alegrías pasadas,
enfermarán en palco, renunciando al pacto sin miradas.
Desde los pistilos hasta raíces, el dolor se expande,
la golondrina yace muerta, esperando liberarse del desencanto que la embargue.