El concierto
Justo a la hora de la siesta
en ese árbol de enfrente
sin esperar a que me siente
empieza a sonar la orquesta.
Chirrí, richichí, cherrá, charra
! qué cansino el bichejo!
no sé a quién pedir consejo
para que se calle la chicharra.
Va cayendo la tarde
y sigue el dichoso concierto,
que con él no me divierto,
pero ella sí, y hace alarde.
Adiós al día y su calor,
ya calla la pesada cigarra
guarda la sonora guitarra
el descanso cobra valor.
Antonio Reina Moreno 13/07/2024